miércoles, 31 de agosto de 2011

He resucitado



Oh, hermanas, amigas. Ave! 


Hoy para celebrar mi propia resurrección, cual Ave Fénix gamberra me hice con un tirachinas marca ACME y me cargué la farola de enfrente de mi balcón. Ahora con el cielo estrellado sobre mi cabeza, bailo desnuda y planeo cómo empezaré la vida mañana, es decir, hoy cuando sea de día.
En principio, despertaré cuando mi cuerpo dicte y respiraré. Me pienso recrear entre las sábanas y fantasear. Tras un par de horas de solazamiento, me levantaré. Iré a la playa o la piscina, lo que se me dé. Tomaré el sol con mi libro de Golding, ya releído y desmadejado. Más tarde almorzaré mi comida favorita: macarrones con tomate. Sofisticada que es una. Pasaré de fregar los platos y me echaré una siesta, pensando en esa gente que no hace el amor. Una siesta de 6,4 grados en la escala de Richter. Después me dejaré llevar por las páginas de un visionario mientras mi hijo practica la escalada de muebles en modo profesional. Y cuando haya anochecido, me iré de fiesta hasta no poder más con mis huesecillos y vuelva a la cama. 


Es mi ritual de bienvenida al nuevo curso, a septiembre y a la vida que empieza como un ciclón del que no se puede escapar. Si me muero, dadle mis libros a A.



¡Ave, amigas! Moritura vos salutat.

1 comentario:

Ponnos verdes y te responderemos