viernes, 14 de octubre de 2011

Numerología, astronomía y coitus interruptus

Estaba yo a punto de tener mi fantasía semanal con Freddie Mercury cuando se me cruzó el maldito Hugo. Eclipsó así sin más mi noche con Freddie. Esa noche estrellada en la playa de la Malagueta en la que tengo siete orgasmos mientras Freddie me susurra al oído palabras que no entiendo pero me estimulan de modo brutal. Cuando la postura lo permite, contemplo las estrellas y me doy cuenta de que la Osa mayor no es una cometa, es una flecha cuya punta me atraviesa. Una noche sin luna, en la que me araño de arena, en la que su amante nos mira, tranquilo, fumando, sin intervenir. Cada semana me parece que se va a levantar y se nos va  acercar y va a participar. Pero no. A ratos ese tipo y yo cruzamos la mirada, nos la mantenemos, nos calculamos, hasta que yo no puedo mas que cerrar los ojos y gemir.
Pues, sí. Una fantasía cojonuda, que me tengo yo cada martes y que el puto Hugo me fastidió.

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